Ensenada antes
HISTORIA
Fue el 17 de Septiembre de 1542, cuando a la bahía de Todos Santos, arribaron los navíos españoles San Salvador y Victoria al mando de Juan Rodríguez Cabrillo. Los españoles a su mando hicieron la ceremonia de posesión y le pusieron por nombre San Mateo, nombre de uno de los biógrafos de Jesús que se festeja el 21 de Septiembre. Los navegantes permanecieron 7 días en la entidad, para posteriormente continuar su travesía al norte septentrional.
Los escritos originales relativos al arribo de los españoles, su estancia y del viaje, se encuentran en el archivo de indias de Sevilla. Y aunque el historiador M. Mathes califica la expedición de Juan Rodríguez Cabrillo como un mero recorrido por la costa de una pasiva toma de posesión para la corona española y de reconocer la no-existencia de otras Tenochtitlanes, es él, Rodríguez Cabrillo a quien se le otorga la distinción de ser el primero que navegó por el Océano Pacífico frente a los litorales de la Baja y Alta California.
Sesenta años después, hace su aparición en los litorales californianos el general Sebastián Vizcaíno, en viaje de exploración buscando puertos de refugio para los galeones de Manila. Llegando el 1 de Noviembre de 1602 a la bahía que por ser el día de Todos Santos, bautizó con el nombre de Ensenada de Todos Santos. Prácticamente la región de Ensenada se mantuvo casi deshabitada durante los siglos XVII y XVIII, a no ser por grupos indígenas seminómadas de las distintas etnias que recorrían estos litorales y las misiones dominicas que a partir de 1774 iniciaron su expansión hacia el norte.
Por lo que respecta a los primeros antecedentes escritos sobre el paraje designado como “ La Ensenada de Todos Santos”, encontraron que el 2 de Marzo de 1804, el Loretano Don José Manuel Ruíz, alfarez de Caballería de la Compañía del Real Presidio de Loreto y comandante de la frontera de la Baja California, solicitó al entonces gobernador Don José Joaquín de Arrillaga, la concesión del paraje conocido como Ensenada de Todos Santos, que estaba situado en el “Camino Real” entre las misiones de Santo Tomas y San Miguel. El gobernador después de estudiar los antecedentes de la petición de Ruíz y solicitar a los misioneros información sobre él, le concede el 10 de Julio de 1804 el predio de la Ensenada, en la inteligencia de que por cada sitio de ganado mayor debe satisfacer el reconocimiento para el supremo dominio de su majestad de un peso o un ternero.
Fue hasta el 15 de Julio de 1805, cuando el sargento Estanislao Salgado dió posesión a Don José Manuel Ruíz Carrillo del paraje de la “Ensenada de Todos Santos” procediendo al señalamiento y medición de dos sitios de ganado mayor; desde el Maneadero por el sur, hasta el Arroyo del Carmen por el norte. De esta manera José Manuel Ruíz se convierte en el primer colono de Ensenada. Actualmente, en su honor la principal calle de la Ciudad lleva su nombre. Una de las hijas de Ruíz, la más pequeña de nombre Salvadora Ruíz se casa con el sargento Francisco Xavier Gastélum, soldado de la frontera. Por lo que en Octubre de 1824, cuando el comandante Ruíz tiene que acudir a Loreto para tomar el puesto de gobernador de las californias traspasa a su yerno el sargento Gastélum, el predio de la Ensenada convirtiéndose Gastélum en su segundo propietario.
Ensenada surge y toma significado gracias al descubrimiento de algunas minas en el Valle de San Rafael. Desde 1850 un grupo de sonorenses ya había encontrado vestigios de oro al este de Ensenada. En el mes de Junio de 1870 Ambrosio del Castillo, originario de Hermosillo Sonora, descubre oro en el valle de san Rafael, lugar que pronto sería conocido en su honor como Real del Castillo. Esta población se encuentra ubicada a 48 kilómetros al este de la bahía de Ensenada. Las noticias sobre los descubrimientos fueron anunciadas en los periódicos del sur de California, y se difundieron por toda la región. La fiebre de oro se desató, los buscadores norteamericanos cruzaron la frontera hacía la nueva bonanza, los escasos pobladores de todos los puntos de Baja California también migraron al naciente mineral; para el mes de Agosto, ya había en el valle de San Rafael más de 400 gambusinos buscando el preciado metal. Comerciantes del puerto de San Diego decidieron abrir sus tiendas en el naciente poblado; una línea de diligencias corría, tres veces por semana, entre la bahía de San Diego y las minas. De por doquier llegaba gente buscando fortuna. Para 1875, el pueblo contaba con más de 1500 habitantes.
La capital del Partido Norte de Baja California se encontraba en ese tiempo en Santo Tomás y el subjefe político Manuel Clemente Rojo ante la desesperación de ver que sus gobernados abandonaban el lugar para irse en busca de los placeres auríferos y probablemente, también tentado a probar igual fortuna, o cuando menos no mantenerse al margen de ella, empacó los archivos y traslado la cabecera de gobierno al alborotado mineral. Ni siquiera consultó con la jefatura política, sino que se hizo oficial el 6 de Mayo de 1872. Fue hasta un año después que se hizo oficial el cambio de cabecera política, ante las autoridades de La Paz. El nuevo gobernador José María Villagrana que había entrado en funciones el 1 de Enero del mismo año, aprobó el cambio.
El puerto de Ensenada, se vino a convertir en la vía de entrada de mercancías, y provisiones de San Diego y San Francisco, con destino a los centros mineros. Después de 3 años de febril prosperidad las minas empezaron a decaer, por lo que la importancia de Real del Castillo fue declinando. Duró como capital del Partido Norte diez años, siendo traslada la capital a Ensenada el 15 de Mayo de 1882, fecha que es considerada la fundación. Este hecho aceleró la venta de solares por parte de Don Pedro Gastélum.
Sin embargo corta fue la duración de la compañía americana, pues hubo malos manejos, grandes deudas, así como desorganización en algunos aspectos. Y además el gobierno de Porfirio Díaz, recibía de sus expertos la presión de que no debería haber extranjeros en Ensenada, por lo que se les manifestó que deberían cerrar sus oficinas. Ante esta situación la compañía americana vende sus extensos territorios, negocios y derechos a la compañía mexicana de terrenos y colonización (Compañía Inglesa).
El 11 de Mayo de 1889, ambas compañías, la americana e inglesa, otorgan en la Ciudad de Londres Inglaterra una escritura por la cual la primera vendió y enajenó a la segunda todos sus bienes, intereses, créditos y activos que tenían en Baja California, lo anterior previa la aprobación de la Secretaría de Fomento de México otorgada el 6 de Septiembre de 1889. La campaña inglesa fue intervenida y su concesión cancelada el 17 de Abril de 1917 por el gobierno de Venustiano Carranza, debido a que la compañía no cumplió los convenios hechos con el gobierno de Porfirio Díaz.